
Colo Colo llegó al estadio Monumental con una sola misión. Derrotar a Deportes Melipilla y volver a la cima del Campeonato Nacional.
EL objetivo lo cumplieron, derrotando por 1 a 0 a los “potros” pero con varias polémicas que dejaron innumerables críticas al planteamiento de los albos, pero sobre todo al juez del partido.
El cuadro de Gustavo Quinteros jugó quizás uno de los partidos más bajos del último tiempo, una primera parte donde bien pudo irse perdiendo por dos goles, pero la impericia de la visita, evitaron un descalabro mayor.
El elenco de Macul mostró escaso fútbol y poca contundencia en las jugadas, todo ayudado también por la personalidad con la que se paró Melipilla, quien, aquejado por los puntos, salió a proponer y romper los esquemas que le propuso Colo Colo.
El segundo tiempo hubo cambios en el Cacique, sin embargo, el juego parecía una copia de los 45 minutos anteriores, sin ideas y siempre chocando con el bien plantado esquema del forastero.
Hasta que llegó el minuto 70 de partido cuando Andrés Segovia aprovechó un centro para mandar la pelota al fondo del arco. Los miles de colocolinos quedaron en completo silencio y pensando como se les escapaba el campeonato.
Sin embargo, el juez del partido puso reversa y con ayuda del Var, anuló la conquista, desatando el festejo de la hinchada local.
Tras cartón, vino la esperanza para el ahora líder del torneo. El árbitro Ángelo Hermosilla, cobra una más que discutible falta sobre Maximiliano Falcón en el área melipillana y sentencia la pena máxima.
El encargado de patear fue Leonardo Gil, quien, para disgusto de todo en el Monumental, erró el lanzamiento. Los minutos pasaban y el empate que no servía para retomar el liderato parecía sellado, hasta que una jugada de Pablo Solari provocó que un jugador de Melipilla golpeara la pelota con la mano, todos pedían penal, pero el juez nada decía, hasta que nuevamente el VAR hizo de las suyas decretando la pena máxima.
Tras festejos y reclamos de ambos lados, Emiliamo Amor, tomó el balón y con tranquilidad definió sin inconvenientes para decretar la victoria alba.